El olor de tu
voz y más recuerdos inventados
me hacen
cosquillas mientras cierro la puerta a mis espaldas y
bajo a la
calle San Pere y
timbro el
ticket y
bajo la
escalera y
espero el
subte y
tomo el subte
y
bajo del
subte.
Pero luego,
cuando finalmente nos reunimos en la misma baldosa
y la distancia
se acorta
en eso que
llamamos nuestra realidad
lo nuestro
es triste como un perro bajo la lluvia,
que espera,
silencioso, la tregua.