lunes, 30 de mayo de 2011

el Hombre Solo rumbo al Templo de la Cosa



El consejo de siempre doblar
a la izquierda me recordó
que tal era el procedimiento común
para descubrir el patio central
de ciertos laberintos.
Borges







Es que hubo un momento en que realmente amaba la vida en la metrópoli.

De verdad.

Esa sensación de soledad inmóvil que se llevaba de paseo entre árboles postizos y casas hechas pedazos, escombros y ruinas provisorios que las empresas devolvían en tiempo record bajo la forma de inmensos prefabricados aún más provisorios, que pronto se volvían otras ruinas y más escombros listos para ser nuevamente substituidos, y así ad infinitum, una vida entera trasladándose sin sonrisa desde la escalera móvil y el cemento alisado hasta los cubos blancos, templos de esa cosa que en tiempos remotos se había llamado “arte” y que ahora había vuelto a llamarse
cosa solamente.

El Hombre Solo era una víctima de la cosidad y de más horrores que comparten ciertos prefijos y sufijos ( -tura, -ismo, etc.) además de algunos objetos dudosos y siniestros, como las escaleras móviles que bajan, imprescindibles hoy que el abandono del cuerpo a la gravedad nos horroriza, hoy que la cirugía estética y los cohetes tienen el mismo peso en la cosmopolítica.

Hoy que todo se ha vuelto metáfora.
Y las metáforas nos anestesian.
Las metáforas nos miran, nos remplazan.

Pensaba en todo esto, el Hombre Solo, y caminaba hacia el Templo de la Cosa maldiciendo la lluvia silenciosa y fina, la lluvia minimal que no moja ni hace ruido y por esto le resulta tan molesta. Porque no existe pero sí, porque es una ausencia rara, de esas breves faltas que ocupan un hueco de aire y dejan un vacío relativo, un espacio enigmático. (Ahora la lluvia también se llama
cosa).

El Hombre Solo, como otros, como todos, terminará llamando
cosa todas las cosas que puedan intentar llenar un potencial vacío creando una ausencia. El amor – también – pronto será la Cosa, mereciéndose la mayúscula por todos esos cosistas que se han cortado las venas en su nombre, en un pasado no muy lejano.

Llegado a este punto, el Hombre Solo piensa “mierda, estoy solo.” y baja la mirada – pero el desconcierto dura el tiempo de una sinapsis, dos neuronas chocan y el Hombre Solo vuelve a levantar su mentón orgulloso de ser solo. Se repite que es solo porque quiere, solo porque ha decidido serlo, y es la verdad (el Hombre Solo ha razonablemente perdido su capacidad de mentir a sí mismo), pero a veces – inexplicablemente - la soledad se convierte en una verdad lamentable. (Esto ocurre sobre todo con la lluvia.)

Por supuesto, piensa el Hombre Solo, también es verdad que se trata de una de esas decisiones que se autogeneran con enigmática cooperación entre sí mismos y ciertos eventos externos - cada vez más caóticos –, algo como un tumor o una mudanza al País Extranjero después de haber recibido una beca o una propuesta de trabajo irrenunciable, cosas así, uno no lo piensa mucho, se sube al avión con una maleta cuatro-estaciones y la abandona en algún rincón del nuevo apartamento anónimo esperando la decisión siguiente o, si prefieren, la próxima oportunidad cancerígena.

Y por todas estas razones el Hombre Solo entra en el Templo de la Cosa: necesita un estímulo audiovisual en un lugar aséptico. Se sienta en un incómodo banco de plástico blanco y clava la mirada en la pantalla. Ahí está un paisaje inmóvil, verde, muchos árboles y un lago, pura amenidad de montaña donde el único ruido es el de algunos pájaros invisibles y el único detalle devastador es esa lluvia perpetua de meteoritos lentos, que precipitan como la nieve pero en llamas, y no caen en ningún lado. Por eso lo hacen en silencio. Qué harán los pájaros? (Et voilà, ya se convirtieron en cosas.)

Este paisaje lo mira.
Siempre son los detalles, los elementos devastadores.
Silencio.
Qué cosa, che.

El Hombre Solo se queda inmóvil por unos segundos o unas horas, quién sabe medir el tiempo en el Templo de la Cosa, y durante ese tiempo vive ahí adentro, se ha mudado en la pantalla gigante llevándose todas sus versiones de sí mismo y todos sus vacíos sin horror (todavía.)

Cuando se levanta le duele el culo, c
laramente.

Vuelve a caminar por ese laberinto blanco sin prestar mucha atención, porque es un laberinto fácil, y tal vez la salida se encuentre girando siempre a la izquierda... pero justo ahí se topa con la Cosa.
Otra Cosa.

Todas sus tragedias se reconocen muy de lejos, por como caminan.
Y ahora es aún más solo.

Evidentemente, debe haber confundido las direcciones porque se ha vuelto a perder, como era predecible, en una línea recta.


lunes, 16 de mayo de 2011

Inmunes al mundo

scuoti i tuoi angeli drogati Fausto

stasera ce ne andremo in giro
 per le vie del centro 

allegri come vecchi bonzi ubriachi

consapevoli che il peso del mondo è un peso d’amore

troppo puro da sopportare
Massimo Volume

caminando,
recogían caracoles luminosos
encontrando cada vez el más bello.

(cada paso más
un recuerdo menos)

las observaba, elaborando una amarga consideración
sobre la condición humana

pero envidié su rigor,
y la manera mórbida en la que hablaban de amor
las reinas decepcionadas por los amantes infieles.

domingo, 8 de mayo de 2011

cuarto sin ventana

Lo cierto es que vivimos
postergando todo lo postergable.
Borges

Vivía en una habitación sin ventana. Entonces la mañana no le llegaba de verdad y era arduo despertarse, adivinar el clima afuera. Pero, como ocurre con cada forma de ceguera, con el tiempo uno afina otras capacidades para compensar la falta. Así, el tipo entrena y entrena su intuición mañana tras mañana, hasta despertarse un día y – sin mirar - saber lo que pasa en el mundo más allá de sus paredes. Cuando presiente la lluvia sabe que no vale la pena levantarse, ni salir de casa para mojarse y entristecerse, y se queda donde está, esperando. Pero un día se despierta y hay sol, lo sabe, igual la duda se ha insinuado en su cuarto como la línea de luz incierta que filtra por debajo de su puerta y para evitar que las averiguaciones lo decepcionen se queda donde está, esperando.

jueves, 14 de abril de 2011

viernes, 18 de marzo de 2011

Simultáneamente (tal vez.)

En un momento dado, sentado en la barra de un bar transpirado y ruidoso, empezarás a dudar. La duda será una huella al borde de tu vaso, se trepará rápida por el vidrio y empezará a expandirse invisible y definitiva, lenta, silenciosa. La cara de gente que nunca viste antes se hará muy familiar, será la misma cara que siempre viste
y dudarás de ti, de ti en el espacio, de ti en el tiempo, de la existencia de un tiempo y un espacio, de un tu, de un yo, de otros. En ese instante llegará un físico, se sentará a tu lado. Pedirá un whiskey y te soltará que la simultaneidad no existe – eso mismo dice, la simultaneidad no existe, y tu que creías que –
te lo demostrará curvando los ejes cartesianos con un lápiz clavado en la servilleta, deformando aquel tiempo y aquel espacio en que dejaste de confiar a la altura del tercer vaso, entonces terminarás el último de un trago
empezarás a caminar hacia casa con al menos una explicación
y una servilleta en el bolsillo
y como para contradecir toda tu noche y volver a dudar
simultáneamente,
empezará a nevar.

lunes, 14 de marzo de 2011

anyone real?

puertas que dan a nada y nadie cruza. Paz

Un día se dio cuenta de que, al margen de su huida hacia los bordes de la hoja, todas sus palabras terminaban siendo Hélène. Levantó la mirada y se hizo claro que en realidad todo le era Hélène y, en el fondo, todos le eran Hélène. Una jaula, peor, dos jaulas, peor aún, las puertas abiertas de dos jaulas una enfrente a otra, y los pájaros mirándose sin saber qué carajo hacer, quién les dará de comer si se separan. Pero los pájaros, en su conciencia leve, saben que aquello que los terminará empujando hacia delante será precisamente su renuncia a avanzar.

(En un papelito abandonado al lado de la cama encuentra la frase “Alguien en mí está esperando que vuelvas.” Hace un avioncito, lo tira y se va a la playa a despejar pues será una l a r g a y lamentable espera. Hace días que llueve non stop y el agua lo agarra a latigazos sentado en un montecito de arena postiza, mojada, pensando. Cada tanto abre una página disfrazada de espejo y reconoce algo que creía suyo solamente pero que también resulta ser de otro, y este otro incluso se ha tomado el trabajo de darle un nombre. Instantáneamente entiende el papelito: él no escribe, son las palabras que lo descubren. Mar, playa, arena (postiza). Piensa en el hoy como si fuera el mañana de ayer y así descongela el tiempo, lo dilata. Ensaya pensamientos. Ensaya dolores voluntarios. Pero está demasiado lejos de todo en ese silencio insoportable y al cabo de un rato se aburre - además deja de llover y amanece - se va. Justo mientras se aleja, el mar empieza a devolverle sus pájaros en pedazos. Podría verlos, podría llorar. Podría pudrirse en el poder, pero ya está demasiado lejos para ver. Vuelve a casa, vuelve a Helène, vuelve.)

Pero durante la noche la inventó con tanta entrega y devoción
que cuando volvió a abrazarla su cuerpo estaba frío.

miércoles, 9 de marzo de 2011

el herror III


but you are the music while the music lasts. t.s.eliot

La palabra fundamental era el “pero”, pero él no entendió nada y pidió que se le explicara, but jamás se explicaría una metáfora. Entonces se dio cuenta de que la realidad había anticipado cada posible efecto de la frase, porque como fue nombrada, toda esa música se extinguió en el silencio.

el herror II

e nessuno ama e nessuno ama e nessuno odia abbastanza. Massimo Volume

En una época pasada hubiera podido romper todos los parabrisas de todos los autos aparcados en todas las calles que atravesaba en su camino hacia casa. Pero cierra la puerta y le falta rabia, porque sabe (y acepta) que de ahora en más solo sería repetición o sombra de lo que ha sido (lo más absurdo es que lo acepta). ¿Es esta resignación lo que llaman madurez? Vaya cambio. Extraña la perdida de control y los deseos que carbonizan, ni le importa amar u odiar sino hacerlo rabiosamente, perdiéndose, aceptando las delicadas formas del caos y la violencia, alejando el vacío sideral que se amplia un poco más cada vez que una nueva puerta se cierra a sus espaldas.

tropezando en tus pasos me caí fuera del mundo

"an invented world whose
effects remain incalculable."
Otolith Group

I

Había sido como caminar sosteniendo con ambas manos una de esas flores que se deshacen soplando
y siempre había mucho viento.
De nada sirvió que me advirtieran de sus efectos,
yo seguía caminando.

II

Un recuerdo inventado desciende como en paracaídas, temblando, a la velocidad de la nieve. Fascinado con su horror y muy molesto por su propia maravilla, decide no tocar el suelo.

III

Siempre irá buscando lo que le falta en quien lo tiene en exceso. Pero esa mañana se detiene a mirarla, seguro que muy pronto serían enemigos. En silencio se despide y va a sentarse a la salida del mundo, solo, esperando. Enciende un cigarrillo y sale el sol, sonríe aliviado.

Aún no sabe que debería echarse a correr.

el herror

Hoy hay alguien llorando en el subte, escribiendo. Lo miro. Pienso que nuestras poesías favoritas deben haber nacido en momentos como este, buscando palabras exactas entre flores y basura. Y cada tanto habrá que obligarse a estar muy triste para escribir dos líneas decentes. El tipo sigue mirando sus páginas, llenándolas de tinta. No sabe que odia mucha de esas frases antes de apoyar el lápiz en la hoja, antes de volver a leerlas y tacharlas.

martes, 8 de marzo de 2011

1000 hijos imaginarios (pero despiadados)

“siempre empezó a llover
en la mitad de la película.
la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos.”

Un día quiso hacerle un regalo. Abortó todas sus noches para darle mil hijos imaginarios, mil personajes de historias inacabadas pero muy exigentes, para que lo persiguieran en el sueño y en la vigilia, pidiéndole que los terminara o los asesinara.
A él nunca le habían gustado los regalos, y este, en especial, fue el que menos apreció.
“¿qué haré ahora? ¿habrá que darles un nombre?” pero no, nombrar es comprometedor y aparte luego habría que recordarlos y esto requería un esfuerzo. Ellos ocupaban mucho espacio. Le harían perder mucho tiempo. Entonces se acercó a esos cuerpos livianos armado de un martillo y un aire de maldad, pero nadie le tomaría en serio con esas alas postizas y esa peluca. Se movía sin autocontrol y con torpeza, pensaba lentamente y hablaba de amor y de muerte y tejía la más pura forma de silencio así, atando palabras enemigas bajo el mismo verbo, y ellas se anulaban a lo largo de la frase antes de llegar al mismo punto.
Hubo muchos golpes, ni un solo ruido
“Aquí falta el aire” - pensó.
(En ese instante empezó a llover.)
Ellos lo miraron con un aire incierto y una ceja levantada, eran mil y eran demasiado imaginarios para no hacer daños muy tangibles. Lo observaron sin entender su razón, ¿crear para destruir? Qué absurdo.
Quieren ser despiadados, pero son muy leves. Pero quieren ser despiadados.
Se acercan uniformes, el ejército y la lluvia, precipitan. Tienen una flor en la mano y cada gota produce un sonido que es un llanto de cables y engranajes moviendo el vacío, juntando palabras rivales para que bailen un mismo silencio, un mismo ritmo, al mismo tiempo. Caminan hacia él como un horrendo mar de miradas que son flores que son armas,
muy iluminados o simplemente perversos como el tipo que pasea por el borde mirando abajo, se ríen. Se ríen porque saben que la gravedad no existe
y
no tienen esperanza, tienen fe.
Tal vez el martillo los aplaste al suelo como mil manchas naranjas pero no es esto que les preocupa ahora, ahora que nada les preocupa,
ahora que caminan y sonríen cruelísimos, como quien se aleja de un cuerpo sacando el cuchillo de una honda

honda
herida
y mientras la sangre les salpica el cuello se marchan
para el otro lado, huérfanos
y aliviados

domingo, 27 de febrero de 2011

magnificent desolation (de grande quiero ser astronauta)

puede que el esfuerzo físico ayude a superar exámenes, que la educación académica sea el gran problema del sistema, pero antes de tirar bombas sobre las universidades cerraremos los libros y nos iremos a recoger tomates con cuarenta grados a la sombra, nos iremos a trabajar con los obreros del otro lado del mundo sin nunca haber entrado a una fábrica de nuestro hemisfério (para qué), será como pagar el ticket para subir al machu picchu abriéndose camino a codazos entre turistas rabiosos, qué-experiencia-más-exótica, ida con garantía de vuelta, viaje con cinturón abrochado, vuelta con conciencia leve

para empezar de cero haciendo la revolución desde nuestra cama, como decía esa vieja canción, pero hasta marx vivió mantenido por las plusvalías de engels, y lo ilógico no es esto, lo ilógico es que no podría haber sido diferente. para pensar se necesita tiempo, e inventar una revolución no es poca cosa. sobre todo cuando la única característica cierta de la época de tinieblas que vives es la imposibilidad de una invención autentica, sobre esto se han puesto todos de acuerdo, y no es que te importe mucho, tu nunca has creído en la “originalidad” ni en la “pureza” (así, encomilladas) ni en el aura que rodea palabras como arte artista poeta literatura vocación, y sin embargo en tu dna se ha instalado el no future y, si de verdad no lo hay, para qué mejorar el ahora, mejor vivir chupando lo que puedas como puedas más que puedas y quedarte esperando el fin del eterno presente o sacar el enchufe cuando lo creas más justo y razonable. los wu ming decían que no hay futuro porque de nuestro presente no quedará pasado ninguno.

todo esto lo digo con conciencia de que, mientras te estoy indicando algo, te estoy obligando a ver eso solamente, te estoy escondiendo todo el resto. pero ¿qué hay más allá de lo que nos indican? ¿valdrá la pena investigarlo? y las imágenes muestran lo que muestran, pero ¿qué es lo que esconden? hay que apresurarse a elegir las imágenes que miraremos, las que guardaremos, porque aunque haya tiempo, siempre hay más imágenes que tiempo.

el video muestra un marcador apoyado en una hoja de papel. en la imagen se crea una mancha oscura que se agranda cada vez más, lentamente, deformando los bordes del circulo inicial y creando matices, zonas de intensidad, oscuridades, silencios y antes que la tinta alcance el borde de la hoja ya sabes como terminará todo, incluso te preguntas si vale la pena quedarse esperando que la hoja se llene o si podés ahorrarte esa continuación y dedicarte a otra cosa, pintarte las uñas, ojear el diario. pero el punto no es la trama, la historia, eso es sencillo. el punto es lo que podés imaginar si vivís todo el l e n t o proceso hasta su fin, observándolo sin pedirle que sea más de lo que es, dejando de entender – no hay nada que entender
o sí, pero antes solamente,
antes hay que entender que hay tiempo, luego dejarás de entender y empezarás a (pre)sentir que en la literalidad del marcador está su grandeza.
(más ahora que estamos anestesiados por las metáforas.)

¿qué es lo que esconde la imagen? todo lo que es ausente en ella, una vez que puedas imaginarlo, se hace presente. la ausencia es presencia de una ausencia. no hay ausencia tout court, ausencia sin presencia previa. y además hay tan pocas palabras para hablar de los matices que a veces es más eficaz callarse, what we cannot speak about we must pass over in silence dice la septima sinfonía de wittgenstein, pero como nunca fui muy fan de su música, prefiero quedarme con la réplica (involuntaria) de simone “mais alors on n’ouvrirait jamais la bouche!”
algo habrá que decir. habría que inventar otras palabras, pero luego habrá que ponerse de acuerdo y a veces es inútil que yo te hable como haría con otros seres, una palabra después de la otra, un paso después del otro, porque si hiciera eso terminaría como porthos, una bomba estallando atrás mío y yo corriendocorriendocorriendo hasta detenerme un momento a pensar en lo absurdo que es poner un pie adelante de otro para trasladarse en el espacio, luego el instante se dilata y bum como siempre lo habré perdido todo por mucho, mental, onanismo.
todo, siempre, nunca, nada, nadie, todos. palabras de plomo. con ellas nos ataremos al suelo para que la levedad no nos lleve hasta los bordes de la ionosfera con tanto fight-against-gravity de los últimos días.
forse il panico ora ha un senso.
ahora que estamos ansiosos para liberar los mismos errores.

después es inevitable salir a fumar y pensar en todas las galaxias que están estallando alrededor de nosotros...
antes de una solemne encogida de hombros aplastando los cigarrillos con nuestros zapatos de goma y volviendo a entrar. BOOM.
“I want more life, father” y el father dice
“you don’t even exist”

un día me preguntaste por qué la tristeza. esta puede ser la respuesta. ciertas cosas se descubren o recuerdan cuando el polvo baja al suelo. mientras tanto, dust in the air suspended marks the place where a story ended, según el siempreoptimista eliot. la infinite sadness no será más que el producto de las expectativas desatendidas. esto explicaría por qué a menudo nos dan tantas ganas de dejar de mirar y darnos vuelta y gritar. además, que tú estés arriba y yo abajo no significa nada en un espacio sin gravedad. y la gravedad es la única referencia estable que nos queda en esta absoluta falta de absolutos. buzz aldrin, poniendo sus piecitos en la luna dijo que veía una “magnificent desolation” y (superada la emoción inicial) ahora estoy convencida de que el viejo buzz se preparó ese comentario mucho antes, lo escribió en un papelito y lo guardó en su bolsillo durante años, desde antes de alunar, desde antes de ser parte del apolo 11, desde cuando le decía a sus padres que de grande iba a ser un astronauta.
y esto no es nada leve.
entonces ya no importa la dirección, el norte, el sur, el vertical, lo horizontal. lo que importa es cuando, a pesar de tu training para lograr el olimpo del desapego, algo, inexplicablemente, se vuelve insustituible.

(inspirado en la muestra de otolith group, macba, 2011, aunque poco tenga que ver con eso)

anestesiada por las metáforas II

pero qué levedad qué gravedad qué simbiosis
si siempre fue claro que un solo parpadeo nos acabaría destruyendo
que haya enfermedad por los dos extremos suena demasiado lógico, por eso se nos hace cada vez más penoso reconocer un equilibrio cualquiera en esta infinita esfera sin centros sin bordes o con sus centros sus bordes en todas partes
y sos tan distraído que me terminarás curando de verdad
antes que el siguiente parpadeo nos recomponga
y será solo provisionalmente

por ahí una frase de delillo:

love it and
trust it and
leave, lo cual es cierto, everybody leaves
pero ¿quién se irá primero?

Cada vez que nos sentemos esperando habrá un lugar vacío al lado y cuando uno llegue, el otro estará yéndose
en esta danza de relojes rotos y pajaros que el mar nos devuelve en pedazos
pero antes de irnos nos habremos distraido un instante y sin darnos cuenta
en ese instante
habremos estado ahí para siempre

miércoles, 23 de febrero de 2011

anestesiada por las metáforas

anestesiada por las metáforas, me quedaré en mi cuarto de juguetes como ese niño idiota que se creía un geranio
con mi autismo y estrabismo y más derivas que se unen, se acompañan, se sostienen
con simbiosis a
destiempo y
ese atrito
que solo por pereza volveré a llamar inercia

y como todo dura siempre un poco más de lo que debería
seguiré confiando en tu capacidad de detenerte
o en estos desajustes minimales que se suman hasta lograr un ritmo definido, para que bailemos sobre su música
y que nos deshaga
que nos agote el movimiento

entonces te invitaré a dormir en una cama deshecha
nos terminaremos revolviendo en las sábanas sucias que iremos arrastrando con el gesto del asco como una terapia de dioses caídos
y antes será todo tan fácil tan
virtuoso tan
desapegado tan bello que después no nos quedará más que un cuadrilátero de palabras quebradas y largos silencios incoloros entre hipos y sobresaltos
un desorientado madrugar en silencio y el caos o
el error o
la maravilla o
el desconcierto clavándose en nuestra primera mirada
para caer como llovizna fina sobre nuestras largas sombras
en la muy perversa luz del día

(y nunca
nunca terminaré mi taza de café.)

lunes, 14 de febrero de 2011

cada vez iré sintiendo menos y recordando más

En esta hora de la noche de nuestro día, la consistencia de los pensamientos es un aire sin memoria (todavía). Todo adquiere un peso específico irreal, se detiene, se retroalimenta, se ilumina. En nuestra producción presente de futuros recuerdos, a veces haremos todo lo que podamos para no almacenar ninguno, viviremos como los gatos y la nieve, sin registros, sin preguntas, en nuestro eterno ahora, en nuestra inmóvil caída. Pero luego intentaremos reconstruir Los Discursos y solo habrán quedado flashes irreconocibles y algunas frases, partes de otros puzzles que haremos encajar aunque no encajen, fabricaremos monstruos con nuestro cansancio eterno, iremos hiriendo sintaxis, nos olvidaremos de cualquier forma de belleza. Por un momento nos detendremos, callaremos, pero las palabras aflorarán en cada omisión, saldrán puntiagudas y clavarán nuestras sombras en las baldosas de febrero, como gotas de otra lluvia innombrable en un mes que nunca se declina. Construiremos mentiras, más mentiras para liberarnos, y las mentiras serán actos creativos, sensoriales, arquitecturas de otros mundos que habitaremos como narraciones, serán un relato mejor que este, planetas postizos con una gravedad diferente, sin centros, sin bordes, sin sombras, o con sus centros y bordes y sombras en todas partes, con su gravedad vertical, definitiva.

viernes, 11 de febrero de 2011

if to be warmed, then i must freeze

cuantos fines hemos anunciado para ser de nuevo una hoja blanca
y sentir ese terror de la tinta cuando alcanza nuestros bordes.
te invité a seguirme esperando que te negaras
entonces supe que siempre voy a seguirte
esperando que me lo impidas
así funcionamos todos
a white light still and moving
distracted from distraction by distraction
y en los días de nuestras noches
nos curaremos con el alcohol las heridas del entusiasmo primitivo
las heridas del silencio
las intervenciones quirúrgicas equivocadas
perderemos aviones de papel
y nos iremos con esos cisnes que fabricamos
con las perchas encontradas por la calle

construiremos nuestro castillo con un blister de medicamentos vacío
y en las noches de nuestros días
nos curaremos solo provisionalmente
dormiremos con la cabeza en el hombro del otro
y el otro, el día siguiente, no lo recordaremos

domingo, 6 de febrero de 2011

t h e s l o w d r u g

un día salimos a caminar, cada cual seguro de sí mismo como un animal primitivo o una grieta en la pared, y de repente nos caímos por un profundísimo hueco en la calle.
¿de qué vos, de qué yo estamos hablando? si miramos la misma película sentados en el mismo sillón compartiendo la misma cerveza y el mismo cigarrillo. no te pregunto qué ves mirando porque me prometiste que mentirías y te creo.
todo es siempre un poco más rápido, siempre un poco más lento de lo que debería. todos confiamos en nuestro dialogo diario con las baldosas y los techos, en la capacidad de detenerse del otro, compartimos este trance despreocupado. de a poco lo que miramos adquiere una forma, un orden tolerable. nos relajamos. y llega la interferencia. así, seremos de nuevo el primer mono en el primer día del mundo, nos orientaremos con nuevos deseos y nuevas miserias, buscaremos la cruz del sur en el hemisferio equivocado, en el techo de una habitación sin ventana.
with the headlights burning

we're looking up for something

answers on the ceiling

y lo más curioso que las respuestas mejores llegan cuando todos se han ido.

jueves, 3 de febrero de 2011

sin titulo

por algún lado hay que empezar, y lamentablemente habrá que empezar por el comienzo. o no.
vos y yo, ojeando la última página al lado del librero horrorizado
vos y yo, dos absurdidades dialogando et voilà
por ultima llegó la primera y ya nos falta el aire
nos amarra la boba nostalgia-de-lo-desconocido.
somos como esas fachadas de otras épocas donde atrás no hay edificio
ya no son fachadas de nada, dividen dos líneas de aire y puedes ver la ionosfera mirando para adentro desde afuera
porque el adentro está afuera.
entonces nos curaremos los síntomas de este entusiasmo primitivo
seremos asesinos de metáforas por esta necesidad de ser inatacables que nos hace incomprensibles
vos y yo, un cuadro clínico alarmante
y hoy esta inmensa relatividad de perspectivas despierta una aversión feroz
de finales, de comienzos, de libros que nos enseñan a bailar
de nuestro sacrificio rítmico para detenernos
petulante alegría de breve duración, diría el friedrich, pero el éxtasis te arroja a esos planetas provisionales donde cada gesto es un indulto
cada demora una condena y a cada aclaración
todo, inexplicablemente, se oscurece.

el antipoder de la copia

Vas caminando, pensando tan fuerte que la llave de casa se te cae en un profundísimo hueco en la calle (momento de bajada a la realidad). Irrecuperable. (Llamarla realidad siempre pareció excesivo). La prueba de la profundísima arbitrariedad de todo son las palabras, pésimo puente entre cabezas, y sin embargo las usamos, hacemos como si nos entendiéramos y es siempre un as if, pura aproximación, un eterno tender a, direcciones sin paraderos finales. Elijo una palabra y encuentro un sinónimo y luego hago lo mismo con la siguiente y la siguiente, hasta darme cuenta de que para llegar al antitesis del origen no hubo que caminar mucho. La cadena de coincidencias te conduce sin resistencias hasta el contrario del punto de partida. Así es como en Migraciones te alcanzan un formulario indescifrable que es la copia de la copia de la copia de, las palabras han perdido su contorno y la tinta se abre como vaho en los espejos, se hace charco, dibujo random. Volví pensando en todo esto, pedí la llave (era una copia), hice la copia (la copia de la copia), y aún no puedo entrar en casa.

martes, 1 de febrero de 2011

todo el cian del alba química

El respeto a las formas - decía Wen Tsi - no es tanto la conservación de lo mismo como la observancia del ritmo con que lo mismo adopta formas diversas.
César Aira, Una novela china.

cada horizonte se aleja si te acercas. este es el problema de quienes vivimos en un planeta redondo. haré todo lo que pueda para no perderte, decía hablándole un poco a todo o a todos, al aire químico de una alba periférica y a un gato mudo mirándome, y desde el vamos sé que te terminaré perdiendo de todas formas, incluso te perderé más rápido porque estaré inmóvil ahí mirando, esperando, los ojos clavados en la pantalla gigante, y la observación (esta clase de observación) es una muy eficaz forma de intervención, tal vez la más invasiva y mezquina. me descolora la espera, de verdad. voy perdiendo todo el cian que junté caminando entre matices cromoquímicos, y la luz empieza a ponerlo todo blanco (luego amanece) todo gris. algún día te sacarás de la cara esa mirada, esa perversión de los gatos cuando ven llegar un auto rapidísimo y no están nada seguros si podrán evitarlo o menos, y sin embargo lo intentan, cruzan la calle y se quedan ahí parados - casi esperando ser matados, quod erat demonstrandum. miré el gato. ¿para que lograr algo, si una vez que lo tenés ya no lo quieres como antes? ahimè, esto es algo que nos pasa a todxs, y sin embargo así seguimos. el gato no dijo nada. el problema (et voila, ya el problema se llama problema) es justamente que cada horizonte se aleja si te acercas, esto es lo que pasa en los planetas redondos. tal vez valía más estar parados. o cerrar las maletas (listas) y mudarse a un planeta cúbico.

mi repertorio de insignificancias

imaginar un repertorio de insignificancias, el enorme trabajo de investigarlas y conocerlas a fondo. Cortázar (for a change)


esperar, esperar, la presencia, ausencia, intermitencia. la espera en toda sus barajas, esperar (otra vez), encerrarse en los detalles que te rodean, cuanto más ínfimos mejor, pensar en cosas que no tengan importancia alguna para escaparse un poco de este presente de mate amargo y colores violentos, recorrer la costura de tu falda como una ruta trazada y descolorida, entrar en ese paisaje, ir aumentando la velocidad hasta sentir el viento que opone resistencia y los mosquitos que se te pegan a la cara, ser esa ruta, ser ese camino, esa dirección, luego una palabra nos devuelve a la realidad, a la gravedad, a la verdad sin levedad y en todo esto habrá que buscar otra salida, una imperfección cualquiera en el papel en la piel en las palabras, o el deslice de un fonema mal pronunciado en nuestra gramática inventada, una grieta, la imaginaremos abriéndose y tragarnos de a poco, tragarse todo de a poco sin que nada de toda esta materia se entere, nos escupirán en otro mañana, en un reino de menos promesas y más guías, o de menos guías y más silencios, o de menos silencios y más partidas, más aeropuertos, y ahí también habrá que esperar, aspettare, attendre y mientras tanto, ¿qué? haremos aviones de papel y nos faltará el aire o el espacio o la energia (esa palabra), los estallaremos contra vidrios sucios y la gravedad será (antes) una idea, la gravedad será (después) un pensamiento, y viceversa.

hay tiempo, vale, pero ¿qué haremos mientras tanto?

hay tiempo, pero cuesta esperar que pase.

miércoles, 26 de enero de 2011

logos implacable

A veces la conciencia del error no tiene alternativas. Ahora que sabemos que solo hay que esperar (o que nos hemos convertidos en esperadores, by Vila-Matas) ¿en qué se habrá convertido la espera? En una pista de aterrizaje o en ese olor que tienen los aeropuertos cuando el último avión ha salido. O tal vez en el reflejo que la lluvia cayendo sobre el parabrisas dispara sobre una hoja blanca abajo, y en la hoja llueve y no, andá a saber, vos la vas mirando y esas gotas se deslizan hacia abajo (che noia, formalmente parlando, questo continuo scendere verso il basso, la gravità, la materia, la voglia di togliere peso, divenire antimateria) las gotas se aplastan y se hieren y se hacen pedazos, se hacen ríos, y lo más absurdo es que todo esto pasa ahí en la hoja, porque en el vidrio sólo queda una sombra tímida, y si algo real o al menos verosímil está pasando habrá que buscarlo en el papel, en la sombra del agua, en su reflejo (claro está, Platón bailaría su delirio bajo tierra). En el fondo tal vez nada de todo esto esté pasando - en el fondo podría ser como en la superficie - y sin embargo ese instante es el matiz de realidad más honesto que pueda concebir. La alucinación. Y el contexto, esa urgencia de explicarlo todo en base a lo que nos rodea, no será en sí la admisión de una carencia, precisamente de la carencia de una esencia? Todas estas preguntas tienen un – muy eficaz – efecto aniquilador. Y la conclusión se reduce a que “nadie sabe” o que “todo es una opinión” o habrá alguien en la platea gritando “¡Postmoderno!” (la keyword del vacío di cui sopra) e inevitablemente la conversación acabará en un silencio embarazoso, y alguien lo dilatará tosiendo justo en ese momento.

El herror es tan vonito, desíamos.

Lo pencé por un vuen rato, zabes - eso de ebitar las correxiones y ceguir flullendo - porke haserse los ispanoavlantes en este reino hivérico a beces es conplicado, tu me hentiendes. Bamos comunicando en un hidioma oculto, creando un espasio que no es ni mi espasio ni tu espasio, sino una dimención narcoléptica en la que faltan informasiones y otras sovran, un lugar raro, una grieta que avrimos de a poco machacando sintacsis y consecutio temporum a go-go, y así nos emos inbentado un país inecsistente, un hidioma diferente, unos codigos ondos e indescifravles y esos herrores, que para nosotroz nunca an cido tales.

martes, 25 de enero de 2011

equipaje de mano para eneros leves

(o insoportables, según)


1. la ceguera y toda la visión interplanetaria que sigue - bolsas de plástico volando como hojas de un paisaje periférico en un invierno imaginario. (Vendarte los ojos y apagar la luz no es lo mismo, como no es lo mismo conocer el día de tu muerte y saber que en tal día el LHC de Ginebra acabará produciendo un miniagujero negro que se tragará el planeta entero en dos minutos.)

1. las metáforas - que te sigan rodeando, que las veas, que las respetes, que te calles un poco, que no las toques, que “cuando se ven amenazadas son capaces de enrollarse sobre si mismas formando una bola de púas. La efectividad de esta habilidad depende del número de púas que posean. En el desierto prefieren huir o incluso atacar al intruso con sus púas que confiar en su defensa de enrollamiento.” (fuente: Wikipedia)

1. la ausencia de gravedad (“la pérdida de intensidad de esta fuerza es proporcional al cuadrado de la distancia que separa los dos objetos.”, Ibidem. da para pensar)

1. la búsqueda de la palabra exacta (exacta no es la palabra)

1. mil, cien, cero veces el recuerdo imaginado y repetido repetido hasta obtener un mito de bolsillo, cerrar la maleta, abrir bien los ojos y empezar a caminar