domingo, 16 de diciembre de 2012

Il lungo addio


Cada tanto,
una nieve inagotable
sobre tu nombre mudo
su distinta voz
precipitaba.

Mañana,
el retorno de tu desvanecida presencia
aplastará sus tentáculos perfumados
sobre mi ventana cerrada.

A propósito de espejismos


El olor de tu voz y más recuerdos inventados
me hacen cosquillas mientras cierro la puerta a mis espaldas y
bajo a la calle San Pere y
timbro el ticket y
bajo la escalera y
espero el subte y
tomo el subte y
bajo del subte.
Pero luego, cuando finalmente nos reunimos en la misma baldosa
y la distancia se acorta
en eso que llamamos nuestra realidad
lo nuestro es triste como un perro bajo la lluvia,
que espera, silencioso, la tregua.


martes, 24 de abril de 2012

I believe en la intermitencia


Trabajar en un colectivo artístico no es tan diferente que tocar en una banda de rock.
(Yo tocaba el bajo, el instrumento-de-la-sombra por excelencia.)
En el fondo, todo – todo - tiene un parecido atroz.

Si me equivocaba de nota casi nadie se daba cuenta; a parte los que estaban ahí con los ojos clavados en las cuerdas, esperando que me tropezara en las teclas para reírse un rato (justamente); a parte cuando, obstinada, quería hacer un solo en slap y – siempre - al entusiasmo que lo precedía, seguía el pánico escénico, y de todas las notas que había meticulosamente hilado en la soledad caótica de mi cuarto adolescente, lo único que salía del ampli era un incomprensible sonido vomitivo. Un burp.
No pasaba siempre (me llamaban “l'incontentabile”), pero siempre pasaba que me sintiera así cuando dejaba el escenario y bajaba a la tierra.

Cómo cambia lo que haces cuando alguien te está mirando y lo sabes.
Empiezas a verte de afuera, y es ahí cuando pierdes el control.
Es cuestión de un instante
desenfoque
y todo se vuelve burp.


jueves, 19 de abril de 2012

Medellín

Ese día me encontré en el medio de una calle que cruzaba un parque, rodeada por gente desconocida, sola. Estaba esperando. Custodiaba algunos objetos sin asociación: una bomba de gas, una licuadora, unas bolsas de basura vacías, un ramo de rosas. Así, parada en la calle, realicé lo absurdo que me rodeaba – muchas veces pasa esto, entonces uno desea bajar del tren de la conciencia y olvidarse quién es, qué está haciendo. Simplemente, mirarse de afuera y gozar de lo absurdo, tal vez sacarse una fotografía y disfrutar de esa imagen.
En ese momento quise mostrarla a mí misma, 10 años atrás.
En ese momento quise un álbum de fotografías futuras, sacadas en situaciones sin lógica visual aparente; ir viviendo para acercarse cada vez más a eso, a una imagen que ya conozco y todavía no explico.

una circonferenza col suo centro ovunque

questione di istanti
e ci si accontenta di qualunque cosa pur di avere l'illusione
di poter allungare il braccio e
sfiorare un estremo qualsiasi
un punto concreto
del mondo in equilibrio.