jueves, 3 de febrero de 2011

sin titulo

por algún lado hay que empezar, y lamentablemente habrá que empezar por el comienzo. o no.
vos y yo, ojeando la última página al lado del librero horrorizado
vos y yo, dos absurdidades dialogando et voilà
por ultima llegó la primera y ya nos falta el aire
nos amarra la boba nostalgia-de-lo-desconocido.
somos como esas fachadas de otras épocas donde atrás no hay edificio
ya no son fachadas de nada, dividen dos líneas de aire y puedes ver la ionosfera mirando para adentro desde afuera
porque el adentro está afuera.
entonces nos curaremos los síntomas de este entusiasmo primitivo
seremos asesinos de metáforas por esta necesidad de ser inatacables que nos hace incomprensibles
vos y yo, un cuadro clínico alarmante
y hoy esta inmensa relatividad de perspectivas despierta una aversión feroz
de finales, de comienzos, de libros que nos enseñan a bailar
de nuestro sacrificio rítmico para detenernos
petulante alegría de breve duración, diría el friedrich, pero el éxtasis te arroja a esos planetas provisionales donde cada gesto es un indulto
cada demora una condena y a cada aclaración
todo, inexplicablemente, se oscurece.